La Fundació Ferrer i Guàrdia publica los resultados de una encuesta que analiza las desigualdades digitales desde una perspectiva de género mediante 2000 entrevistas telefónicas
17/12/2024
La Fundació Ferrer i Guàrdia ha publicado los resultados de la Encuesta Brechas Digitales en España, una investigación que ha permitido diseñar una encuesta y analizar en profundidad las desigualdades sociodigitales desde una perspectiva interseccional y de género.
Entre sus principales aportaciones, destaca la creación del Índice de Inclusión Digital en el Acceso, el Uso y el Aprovechamiento (IDAUA) para medir, comparar y analizar información compleja sobre los perfiles de inclusión digital de la sociedad española de manera sintetizada. El IDAUA combina una serie de indicadores clave sobre las tres dimensiones de las brechas digitales (acceso, uso y aprovechamiento). La investigación analiza estos indicadores en relación con variables clave como la edad, el nivel socioeconómico y el género, entre otros, mostrando la viabilidad del índice y su utilidad para orientar las políticas públicas en el ámbito de la inclusión digital.
Desigualdades de género en las brechas digitales
Los resultados indican que la incidencia de la variable género sobre las brechas digitales es mayor cuanto menor es el nivel de estudios y el nivel de ingresos, y a mayor edad y permiten concluir que la esfera actitudinal es clave para entender la complejidad de la brecha digital de género.
En lo relativo a la autopercepción del nivel de competencias digitales, en la población general hay un 72% afirma tener un nivel básico o intermedio. Este porcentaje sube al 80% en el caso de las mujeres, mientras que en los hombres baja hasta el 64%. El triple de hombres que de mujeres cree que tiene conocimientos altamente especializados (un 7,4%, frente a un 2,4% de las mujeres).
En la autoconfianza según género, 1 de cada dos mujeres afirma tener una autoconfianza digital baja o muy baja (52,3%), frente a un 38,7% de los hombres. La investigación ha confirmado que las mujeres tienden a subestimarse en la esfera actitudinal: en niveles iguales de autopercepción de competencias digitales, las mujeres presentan niveles inferiores de autoconfianza digital. Casi un 60% de la población muestra un interés alto o muy alto por la tecnología (hombres un 67,3% - mujeres un 52,1%). Cuanto mayor es el interés en lo tecnológico, mayor es el nivel de autoconfianza digital.
Respecto a la autonomía digital, importante para enfrentar nuevos retos tecnológicos, la mitad de las mujeres (un 50,6%) se sitúan en niveles de autonomía baja o muy baja, inversamente proporcional a los hombres: un 50,6% declara tener una autonomía alta o muy alta. Un 45,8% de la población es dependiente en el uso digital, es decir, que necesitan ayuda de forma moderada a intensa. Por género, un 52,7% de las mujeres, frente a un 38,4% de los hombres.
En lo relativo al acompañamiento digital, los hombres declaran acompañar más que las mujeres (62,2%-53,2%). Sin embargo, ellas tienen una mayor frecuencia en la gestión de espacios digitales destinados a los cuidados, tales como grupos de Whatsapp. Esto indica una perpetuación de los roles de género en el entorno digital. El grueso de la población busca y recibe acompañamiento en su entorno cercano (un 93,1% de las mujeres y un 85,8% de los hombres), lo que aumenta el riesgo exclusión digital para aquellas personas sin un entorno social que puedan prestarle ayuda.
Por último, el bienestar digital incluye una diversidad de elementos. Uno de ellos es el uso problemático de internet (UPI). El UPI muestra una mayor prevalencia entre las personas jóvenes (un 34% de las personas entre 18 y 29 años) y aquellas con una mayor inclusión digital (un 22,4%), lo que indica una mayor exposición a Internet. Esto evidencia que la estructura actual del entorno digital, especialmente en las plataformas y redes sociales, afecta directamente al bienestar digital de las personas. Las mujeres tienden a relacionar el bienestar digital con la ausencia de violencias digitales. Por otro lado, las mujeres enfrentan retos específicos en términos de autorrepresentación. Un 19% de la población considera su imagen menos atractiva que la de las personas que ve en redes sociales. En las mujeres jóvenes esta proporción escala hasta el 38%, el 41% en el caso de las personas con UPI.
Análisis de las brechas digitales y dimensionamiento
Esta investigación confirma que la inclusión digital de las personas no depende únicamente de los elementos tecnológicos, sino que está influida por las variables sociodemográficas y, por tanto, por la intersección de las desigualdades estructurales. Las principales brechas digitales para el conjunto de la población se encuentran en las dimensiones de uso y aprovechamiento. Aunque la brecha digital de acceso es la de menor magnitud, no podemos hablar de una brecha de acceso superada.
La brecha de acceso se sitúa en un 8,8%, alcanzando el 19,5% en el caso del perfil de inclusión digital baja. No podemos hablar de una brecha digital de acceso superada, sino más bien de la permanencia de situaciones de exclusión digital de base: una cuarta parte de la población no tiene acceso a un ordenador. Un 8,3% no tiene un smartphone y un 7,3% no tiene internet en su móvil.
La magnitud de la brecha digital de uso es mucho mayor. Se sitúa a nivel general en un 43,9%, alcanzando un 77,5% en el caso del perfil de inclusión digital baja. El nivel de estudios constituye un claro elemento condicionante del nivel de capacitación digital.
La brecha digital de aprovechamiento se sitúa en un 43,8% para el conjunto de la población, aunque alcanza el 70% en el caso del perfil de inclusión digital baja.
Metodología y alcance del estudio
La encuesta, realizada mediante entrevistas telefónicas a una muestra representativa de 2000 personas en España, cuenta con un margen de error del 2,9% y un intervalo de confianza del 95,5%. Este estudio da continuidad a investigaciones anteriores: la primera encuesta estatal sobre brecha y capacitación digital, de 2022, y la encuesta “Brecha digital y Administración digital” de 2023.
Las conclusiones del estudio subrayan la importancia del enfoque interseccional y de género, que aborden no solo el acceso a las tecnologías, sino también el desarrollo de competencias y la participación igualitaria en el entorno digital. Proporcionar un diagnóstico objetivo es fundamental para el desarrollo de políticas públicas efectivas que reduzcan las desigualdades digitales, promuevan la inclusión digital y garanticen oportunidades equitativas.