La necesaria mirada de género en el abandono educativo
Por Hungria Panadero

La necesaria mirada de género en el abandono educativo 

Hungria Panadero

Directora de la Fundación Ferrer Guardia

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Conocimiento y educación son pilares fundamentales para el desarrollo individual y social, pero el abandono educativo sigue siendo un obstáculo significativo para muchas personas, especialmente las mujeres jóvenes. En este contexto, es imperativo adoptar una perspectiva de género para comprender a fondo este fenómeno e implementar estrategias efectivas que no solo reduzcan las tasas de abandono, sino que también aborden las desigualdades estructurales que afectan a la participación y las oportunidades educativas de las mujeres.

   

En las últimas décadas, se ha producido un aumento del nivel de estudios de la población de Cataluña (25-64 años). A pesar de ello, debemos tener presente que un 33% presenta un nivel formativo equivalente o inferior a la ESO. Es decir, un tercio de la población catalana ha abandonado los estudios después de completar la educación obligatoria o no ha podido completar ninguna formación postobligatoria.

Si analizamos las diferencias de datos según sexo, en las enseñanzas universitarias el número de mujeres supera en 10 puntos porcentuales el número de hombres. En cambio, en los otros niveles formativos la proporción de hombres es mayor, especialmente en la primera etapa de la educación secundaria, donde el porcentaje de hombres supera en casi 6 puntos al de mujeres. Esta tendencia también se refleja en la formación continua, con un 16% de mujeres y un 12,6% de hombres participando en esta modalidad en 2023

En términos generales, si observamos las cohortes más jóvenes, las mujeres de 20 a 24 años muestran unos porcentajes más elevados en todos los niveles de estudios. No obstante, hay que tener en cuenta, desde una perspectiva de género, que se presentan evoluciones más abruptas en algunos indicadores que conviene no pasar por alto. A pesar de mantenerse porcentajes similares entre sexos en relación con los niveles de estudios hasta primaria, en los niveles de educación secundaria con orientación profesional hay una proporción más baja de chicas. 

Nivel de formación alcanzado por sexos (25 a 64 años). Cataluña, 2021.


En los últimos años, ha habido una abundancia de investigación sobre el abandono educativo en nuestro entorno. Este fenómeno es, en parte, consecuencia del elevado número de personas jóvenes que abandonan la educación; pero también por las repercusiones que tiene el abandono en términos de equidad, reproducción de la pobreza, desigualdad social y oportunidades educativas y laborales de las personas jóvenes. 

No debemos perder de vista, desde esta perspectiva, que también ha sido abundante (aunque dispersos) el número de proyectos y recursos que se han desplegado para dar respuesta a esta realidad. Estos esfuerzos provienen diferentes niveles de la Administración pública (local, comarcal, diputaciones y últimamente también la autonómica) y desde diversas áreas (educación, juventud, empleo/promoción económica principalmente), y cabe destacar los proyectos y recursos que se han impulsado desde el Tercer Sector.

Como consecuencia de ello, en estos últimos tiempos, más concretamente a partir de la crisis económica del año 2008, las tasas de abandono educativo temprano (AET) en Cataluña han disminuido notablemente: las personas jóvenes de entre 18 y 24 años que no han alcanzado estudios postobligatorios han pasado del 34,3% en el año 2003, al 14% en 2023. Esta reducción ha sido más acentuada en el caso de los chicos que en el de las chicas. No obstante, la AET sigue siendo un problema educativo, económico y social de primera magnitud y se sitúa en un 14% entre los y las jóvenes de entre 18 y 24 años (Cataluña, 2023). Esta cifra presenta diferencias según sexo: un 12% de las chicas, frente a un 15,8% de los chicos.  

Respecto al porcentaje de la población de 16 a 29 años que no está ocupada ni cursa estudios o formación, se sitúa un 12%. Vemos una evolución muy similar entre los jóvenes de ambos sexos, con un ligero aumento de la tasa de mujeres, superando la de los hombres en algunos años. 

Población que no está ocupada, ni cursa estudios o formación. Jóvenes 16-29 años (%) 


En definitiva, y recogiendo las tesis planteadas junto a Maribel García (García y Panadero, 2023), aunque el abandono educativo ha sido predominante entre los chicos, se da la paradoja de que el crecimiento del femenino aumenta su vulnerabilidad social. En comparación con los chicos, ellas tienen menos oportunidades formativas y laborales y las conlleva unas consecuencias más adversas.   

Dicho de otra manera, aunque la AEP afecta más a los chicos que a las chicas, esta masculinización histórica ha invisibilizado la AEP femenino y sus características particulares. Algunas causas de este fenómeno son:  

  • Resulta menos visible, particularmente entre las chicas jóvenes replegadas a la esfera privada y la reproducción de los roles de género.  

  • Hay un menor acceso a la formación en programas y recursos de nuevas oportunidades, y al conjunto de la oferta formativa disponible para estos colectivos. 

  • La provisión de la oferta de formación profesional puede ser limitada, dependiendo de los territorios, y está fuertemente sesgada y masculinizada.  

  • Las dificultades de inserción laboral que experimentan por su concentración en sectores feminizados, que tienden a salarios más bajos y con menos progresión a lo largo de la trayectoria laboral. 

 

Hay que incorporar, una mirada singular al abandono desde la perspectiva de género para contribuir a hacerlo visible y a desarrollar actuaciones específicas, tanto preventivas como de acompañamiento, que permitan minimizar el abandono educativo y ofrezcan nuevas oportunidades de aprendizaje; considerando el despliegue de recursos que promuevan una mayor formación del profesorado y de los especialistas en orientación en perspectiva de género, la eliminación de los estereotipos a la formación profesionalizadora y una potenciación de la oferta. 

Se hace evidente que se está produciendo una tendencia a la equiparación entre sexos en el fenómeno de abandono educativo entre las generaciones más jóvenes. Por lo tanto, es imprescindible integrar la perspectiva de género en los recursos y servicios destinados tanto a la prevención como en la lucha contra el AET. Si no lo hacemos, corremos el riesgo de vernos pronto inmersos en una nueva desigualdad de género. Se deberá estar atento también como las personas jóvenes perciben la formación como recurso meritocrático en una sociedad que está experimentando cambios constantes. Esto nos permitirá adaptar mejor las estrategias educativas y garantizar una igualdad de oportunidades para todos en la construcción de su futuro. 

 



La Fundación Ferrer Guardia es una entidad sin ánimo de lucro que, desde el 1987, trabaja en la investigación, el asesoramiento y el diseño de políticas públicas para fomentar la emancipación y la participación ciudadana activa y crítica.  


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Transiciones juveniles y
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