Desigualdades sociodigitales en niños, adolescentes y jóvenes migrantes sin referentes familiares en España
¿Qué ocurre con los derechos digitales cuando eres un niño, adolescente o joven migrante que está solo en España?

Amalia Cuesta
De Accem, organización sin ánimo de lucro que trabaja para mejorar las condiciones de vida de las personas en situación de vulnerabilidad.
ParticipaTIC 2024
Vivimos en sociedades digitalizadas. Y las tecnologías son las herramientas que disponemos para seguir el ritmo de la cotidianidad. Estas han dejado de ser algo complementario para convertirse en algo imprescindible. En el caso de los adolescentes y jóvenes, esta necesidad está aún más presente, puesto que las tecnologías digitales están profundamente integradas en sus vidas, siendo esenciales para su socialización, educación y entretenimiento.
Sin embargo, estamos lejos de considerarlas como bienes esenciales a los que todas las personas deberían poder acceder. Las brechas digitales siguen existiendo para algunos grupos de población concretos, lo que supone un camino libre para su exclusión social. En estos procesos de desigualdad socio-digital la interseccionalidad juega un papel crucial.
¿Qué ocurre con los derechos digitales cuando eres un niño, adolescente o joven migrante que está solo en España? En este artículo se pone el foco en la infancia, adolescencia y juventud migrante no acompañada, uno de los sectores más vulnerabilizados, con mayor estigmatización social y más afectados por las brechas digitales.
Infancia y adolescencia migrante no acompañada
Aunque suene increíble: son niños y adolescentes (94% son varones) que están solos en España, que han migrado desde sus países de origen sin sus familiares de referencia, que han sobrevivido a situaciones de emergencia extrema, y que, al llegar a España, al menos, pueden contar con la tutela institucional y la protección por ser menores de edad en situación de vulnerabilidad.
Los datos que hay disponibles sobre el total de niños/as y adolescentes migrantes que están en España sin referentes familiares son siempre orientativos. No obstante, nos sirven como aproximación las cifras que ofrece la Fiscalía General del Estado para el año 2023: 4.865 menores extranjeros no acompañados llegados por costa; o el registro MENA que incluye aquellos/as que se encuentran bajos los servicios de protección de menores, en 2022 figuraban 11.417. La mayoría de los niños/as proceden de Senegal (1.780), Marruecos (1.075), Gambia (657) y Argelia (472). Sus orígenes coinciden con las nacionalidades extranjeras que sufren más delitos y/o incidentes de odio en España, 8.34% Marruecos y 1.81% Senegal (ONDOD, 2023: 15).
Hay un aspecto en el reconocimiento efectivo de estas vulnerabilidades que condiciona su inclusión digital: la gran institucionalización en la que están inmersos. El hecho de ser menores de edad tutelados acogidos en los hogares de protección determina en gran medida el acceso, el uso y el aprovechamiento de las TRIC1. Los recursos son muy limitados, tanto a nivel material de infraestructura tecnológica como en lo que se refiere al personal profesional que los acompaña, quienes no alcanzan a ofrecer un apoyo integral que garantice sus derechos digitales (Accem, 2020).
Algunas brechas sociodigitales y su impacto en los derechos digitales
La mayoría de los niños, adolescentes y jóvenes suelen contar con móvil. Este dispositivo tecnológico se constituye como un bien esencial en sus vidas. Además, se convierte en su única herramienta para mantener el contacto con los familiares y amigos que están en su país de origen. El principal uso que le dan son estas comunicaciones trasnacionales, el ocio y el entretenimiento. El móvil es de las pocas cosas materiales que sienten que les pertenece, que es de su propiedad y que es una parte muy importante que les permite conectarse con su privacidad e intimidad. Sin embargo, hay barreras que limitan el ejercicio de sus derechos digitales cuando el uso que le dan es público en redes sociales, sin apenas conocimientos sobre ciberseguridad, o cuando en ocasiones en los hogares aplican restricciones de su uso como método de sanción (Accem, 2024).
El acceso y uso de ordenadores o de un Internet de calidad está más limitado, no cuentan con las mismas oportunidades que otros niños o jóvenes de su edad. Su uso es muy puntual y menos autónomo, y depende en gran medida del apoyo material que las instituciones les ofrecen desde los hogares o programas en los que participan. Por lo que sus competencias digitales también están limitadas en lo que se refiere a trámites o gestiones cotidianos, sintiéndose muy vulnerables cuando tienen que pedir cita en el médico, gestiones para su documentación, o trámites para renovar la residencia, etc.
Otra situación que les ocurre es que en ocasiones son excluidos de las excursiones que se hacen en los centros educativos debido a la falta de autorización para el uso de sus imágenes. Cuando la protección de los derechos de identidad y privacidad se limita a esta autorización, los menores sin dicha autorización quedan excluidos de actividades, aumentando su exclusión digital y social (Accem, 2024).
Los derechos digitales son clave para asegurar su inclusión y protección en la sociedad digital, pero las brechas sociodigitales actúan como freno. En 2021 se aprobó la Carta de Derechos Digitales (MINECO, 2021). Este texto no busca crear nuevos derechos fundamentales, sino señalar aquellos derechos del mundo analógico que son más relevantes en los entornos digitales y sus auxiliares para dotar de la misma seguridad y protección a las realidades digitales.
Así, las desigualdades sociodigitales que atraviesan los niños, adolescentes y jóvenes migrantes que están solos en España están condicionando el ejercicio de algunos de los principales derechos digitales que se recogen en esta Carta, en concreto aquellos que aluden a: (1) la libertad en lo referido a la identidad derivado de las dificultades para documentarse, (2) la igualdad, no discriminación y acceso universal y (3) la participación. Estas situaciones plantean grandes retos en el acompañamiento a adolescentes y jóvenes migrantes sin referentes familiares en España.
Las experiencias de racismo en los entornos digitales
Los niños, adolescentes y jóvenes migrantes, además de carecer de un acompañamiento familiar que les permita prevenir situaciones de riesgo en Internet, enfrentan una mayor discriminación en redes sociales, contribuyendo a la vulneración de sus derechos digitales (Fundació Ferrer i Guàrdia, 2023). A esto se le suma el crecimiento que están teniendo en España los discursos de odio racistas contra ellos, caracterizados por reproducir su estigmatización social y su criminalización constante.
El OBERAXE (2023), a través de sus boletines de monitorización del discurso de odio, llama la atención sobre la representación social que se tiene de los niños y jóvenes no acompañados como una amenaza para la sociedad (45,5%); vinculados con la inseguridad ciudadana (65%); y sobre el uso del lenguaje agresivo explícito contra ellos (52%). El 46,6% del discurso de odio se dirige contra ellos. En 2023 se aprobó la elaboración del Marco Estratégico de Ciudadanía e Inclusión contra el Racismo y la Xenofobia (2023 -2027).
A pesar de todos los esfuerzos de lucha contra las discriminaciones por origen racial y/o étnico que se dan en los entornos digitales; la realidad es que este tipo de incidentes no cesan en la vida diaria de los chicos, teniendo grandes implicaciones en su inclusión sociodigital y su salud mental. Está tan normalizado la presencia de estos ataques racistas, islamofóbicos y xenófobos en redes sociales, que los chicos prefieren pasarlos por alto, no hablar sobre estos temas y alejarse de esas plataformas, bloqueando a los perfiles más agresivos.
Es muy habitual para ellos ver videos en TikTok de contenido racista. Y cuando escriben comentarios en videos que les gustan, recibir ataques con comentarios racistas debido a su perfil. Por eso, muchas veces prefieren no leer los comentarios de los vídeos porque saben que es uno de los espacios donde se reproduce, se expresa, con más virulencia el racismo y los discursos de odio contra ellos y otras personas de origen extranjero. También les ocurre, cuando usan aplicaciones para hablar con otras personas de diferentes países, recibiendo comentarios racistas e islamofóbicos. Además, hay que tener en cuenta que Internet y las redes sociales a veces son una extensión de las relaciones sociales no digitalizadas, y que los problemas de racismo que puedan darse en los espacios físicos continúan en los espacios digitales. Como les ocurrió a unos chicos en el instituto donde les agredieron físicamente en el patio y toda la clase respondió dejándoles de seguir en el Instagram, dándose, por tanto, un proceso de aislamiento sociodigital hacia las víctimas (Accem, 2024).
Todas estas experiencias de índole racista repercuten de forma negativa en el derecho a la participación en los entornos digitales, puesto que restringen su inclusión digital y limitan el uso de las tecnologías digitales a acciones que no atenten contra su dignidad. Además, otro aspecto a tener muy presente es que la participación online influye en la construcción de la identidad, y más en adolescentes y jóvenes que están en un proceso de cuestionamiento y conformación de estas. Cuando el contexto digital es hostil para ellos o cuando no es fácil encontrar referentes con los que identificarse a nivel cultural que, tengan posicionamientos antirracistas y que cuenten con el respaldo social, no podemos hablar de una participación digital en igualdad.
Conclusiones
Las brechas digitales y los discursos de odio en redes afectan gravemente a la salud mental de los niños, adolescentes y jóvenes migrantes no acompañados. Por todo ello, es clave promover una educación digital que refuerce estos derechos, que focalice de forma transversal en las formas de inclusión sociodigital, que anteponga el acompañamiento frente a la vigilancia, que garantice el derecho a la intimidad (evitando utilizar los dispositivos móviles como herramienta de castigo) y que muestre referentes online antirracistas que inspiren a los jóvenes migrantes que se encuentran sin referentes familiares en España.

La Fundación Ferrer Guardia es una entidad sin ánimo de lucro que, desde el 1987, trabaja en la investigación, el asesoramiento y el diseño de políticas públicas para fomentar la emancipación y la participación ciudadana activa y crítica.
Bibliografía
- Accem (2024 – en proceso) Cartografías del racismo. Investigación Acción Participativa con niños y jóvenes migrantes no acompañados.
- Accem, (2020) Brechas digitales en menores y jóvenes migrantes no acompañados.
- Fiscalía General del Estado (2024). Memoria, Capítulo III. Fiscales coordinadores/as y delegados/as para materias específicas - 4. Trata de personas y extranjería.
- Fundació Ferrer i Guàrdia (2023). Participa-TIC. Construyendo la ciudadanía digital desde la perspectiva de adolescentes y jóvenes a través de la promoción y defensa de los derechos en el entorno digital.
- MINECO - Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital (2021) Carta de Derechos Digitales. Secretaría de Estado de Digitalización e Inteligencia Artificial (SEDIA).
- OBERAXE - Observatorio Español del Racismo y la Xenofobia. (2024). Informe Anual de Monitorización del Discurso de Odio en Redes Sociales. Resultados 2023.
- OBERAXE - Observatorio Español del Racismo y la Xenofobia (2023) Marco Estratégico de Ciudadanía e Inclusión contra el Racismo y la Xenofobia (2023 -2027).
- ONDOD - Oficina Nacional de Lucha Contra los Delitos de Odio (2023). Informe sobre la evolución de los delitos de odio en España 2023. Ministerio del Interior.
Imatge destacada: Joventut_Habitatge_Compartir_Pis_007A2326. Niu d'imatges de la Joventut.cat sota una llicència CC BY-NC-SA 4.0.