Crónica de la jornada “Convivència i Cohesió”
22/11/2024
El ascenso de la extrema derecha y la propagación de discursos de odio contra la diversidad, el feminismo y la inmigración se presentan como uno de los retos sociales que hay que poner en agenda. Esta realidad fue el eje central del diálogo celebrado en el Centro Cívico Pati Llimona, organizado por la Fundación Ferrer i Guàrdia.
En el evento se presentó el Informe Ferrer y Guardia 2024, titulado “La laicidad como respuesta a los discursos de odio”, el cual analiza cómo los discursos de odio se convierten en una amenaza creciente para la convivencia y la cohesión social y plantea algunas respuestas para afrontarlos. Participaron cuatro de los articulistas del informe: Miquel Ramos, periodista e investigador especializado en extrema derecha; Judit Pellicer, periodista experta en la masclesfera; Ignasi Llorente, consultor en comunicación ambiental y ética de la IA; y Elena Longares, profesional y activista feminista y por los derechos LGTBIQA+.
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La laicidad como compromiso con la convivencia democrática
La jornada comenzó con la bienvenida de Hungría Panadero, directora de la Fundación Ferrer i Guàrdia, quien destacó la importancia de analizar las conexiones entre los nuevos dogmatismos y la extrema derecha. Seguidamente, el patrón de la Fundación y profesor de Ciencias Políticas, Lluís Pérez Lozano, reflexionó sobre los discursos de odio. Desde su perspectiva, estos discursos “alimentan los prejuicios y el odio hacia grupos sociales que, en muchos casos, se encuentran en situación de vulnerabilidad”. Además, subrayó que “los discursos de odio no son solo una amenaza para los colectivos directamente afectados, sino por toda la sociedad, ya que abren la puerta a los autoritarismos”. La laicidad, afirmó, representa el compromiso de garantizar que el espacio público esté regido por la razón y los principios de convivencia democrática. Es una herramienta esencial para combatir los discursos de odio, que a menudo se basan en la irracionalidad y la falsedad, ofreciendo así un marco para promover la cohesión y la igualdad.
Los discursos de odio y las estrategias comunicativas de la extrema derecha
Los ponentes destacaron que la extrema derecha ha desarrollado estrategias comunicativas sofisticadas para propagar mensajes que estigmatizan a colectivos en situación de vulnerabilidad y promueven teorías conspirativas y la desinformación.
Miquel Ramos, periodista especializado en extrema derecha, destacó cómo ésta se presenta de manera constante como irreverente, políticamente incorrecta y antisistema. Ha conseguido difundir un discurso victimista que “conecta con aquellos que perciben la igualdad como una amenaza, confundiendo perder privilegios con perder derechos”. Ramos también subrayó la criminalización del llamado “buenismo” —palabra que se utiliza para denigrar a las personas que defienden los derechos humanos—, como una táctica para desacreditar a quienes promueven una sociedad más inclusiva y justa.
Judit Pellicer, periodista especializada en los “incels” y la manosfera, destacó la complejidad de los procesos de radicalización en las redes sociales. Rompió con la imagen estereotipada de una persona aislada, explicando que estos procesos digitales son esencialmente comunitarios y empiezan mucho antes de lo que solemos imaginar. Subrayó cómo los usuarios van descendiendo progresivamente hacia discursos más radicales. Según Pellicer, “nadie es inmune a la propaganda”, pero hizo mención especial a los hombres jóvenes, que a menudo no tienen espacios seguros y muchos de sus intereses o hobbies están capitalizados por creadores de contenido que monetizan el odio.
Ignasi Llorente, CEO de Utopiq y comunicador especializado en medioambiente e IA, analizó la manera en que la extrema derecha aborda la comunicación, destacando que lo hacen con una estrategia propia de una empresa. Sus narrativas están diseñadas para conectar con el “sentido común” y los sesgos sociales que todos tenemos, para calar en una sociedad con poca cultura científica, debilitando la confianza en la comunidad científica y contribuyendo a generar ecoansiedad. Sobre los retos para una narrativa climática eficaz, Llorente incidió en la necesidad de tener argumentos convincentes más que solo razón. Para Llorente, es esencial mejorar las estrategias y tener un impacto real, porque “o cambiamos la narrativa, o tiramos la toalla”.
Elena Longares, profesional activista feminista y por los derechos LGTBIQA+ y los derechos sexuales y reproductivos, puso de manifiesto el relevo al asociacionismo y el cambio generacional respecto a la sexualidad y la identidad. Destacó cómo las nuevas generaciones tienen una visión más profunda y diversa sobre la sexualidad, utilizando la identidad como una herramienta de reivindicación y de creación de comunidad. A pesar de disponer de un marco legal avanzado, muchas personas jóvenes aún se sienten solas, ya que estos derechos a menudo no se garantizan en la práctica. Longares señaló la falta de una educación sexoafectiva integrada en el sistema educativo como uno de los principales obstáculos para el bienestar y la inclusión, así como la labor divulgadora en derechos humanos y sexuales. Finalmente, destacó el potencial de las redes sociales como espacios poderosos para desarrollar y amplificar estos discursos, creando un entorno más inclusivo y de apoyo para las nuevas generaciones.
Puntos destacados del debate
El diálogo prosiguió con un debate entre los ponentes, que compartieron puntos de vista importantes sobre cómo la sociedad puede afrontar los discursos de odio y la polarización creciente. Ignasi Llorente puso énfasis en la necesidad de empatizar con aquellos que no comprenden los mensajes progresistas y advirtió que poner a todos los negacionistas climáticos en el mismo saco es un error que nos impide avanzar. Defendió que entender las inquietudes de las personas que se sienten amenazadas por cambios sociales o culturales es fundamental para construir puentes y generar diálogo.
Elena Longares habló de la necesidad de hacer transversal la lucha LGTBIQA+, integrando sus reivindicaciones dentro de las luchas sociales más amplias. Desde el público hicieron sentir su preocupación por la fragmentación de estas luchas. Elena Longares defendió que las luchas LGTBIQA+ y feministas no deben ser consideradas solo como “luchas identitarias”, sino como una parte fundamental de la lucha por los derechos humanos.
Miquel Ramos apuntó que la extrema derecha ha sido muy hábil al adaptar marcos ideológicos progresistas, como el laicismo, para atacar a colectivos como los musulmanes. Otro punto destacado fue la reflexión de Ignasi Llorente sobre la capacidad de la extrema derecha para ser “inmune a la incoherencia”. Puso de relieve cómo los discursos incoherentes de la extrema derecha, que muchos consideran paradójicos o contradictorios, no parecen afectar a su poder de convicción.
Respondiendo a una respuesta del público sobre el papel de las plataformas y la necesidad de no poner el foco siempre en la responsabilidad individual, Judit Pellicer apuntó que la legislación sobre los derechos digitales debería ser una prioridad para combatir los discursos de odio en el espacio digital y reclamó una regulación más estricta.
Conclusiones y valoración final
La presentación del Informe Ferrer i Guàrdia 2024 subrayó la necesidad de combatir los discursos de odio con un enfoque global y transversal. Esta edición del informe continúa con las líneas de trabajo iniciadas en los años anteriores: “Feminismos, religiones y libertad de conciencia” (2021), “Una laicidad inclusiva para una sociedad diversa” (2022) y “Nuevas espiritualidades, nuevos dogmatismos” (2023), y seguirá profundizando en los retos que nos enfrentan como sociedad.
Con una participación activa y un debate enriquecedor, el acto fue una muestra del compromiso de la Fundación Ferrer i Guàrdia para contribuir a la construcción de un futuro más inclusivo y cohesionado. La laicidad es una herramienta fundamental para defender la convivencia en un momento de gran polarización, que amenaza los valores democráticos.