El horizonte de la igualdad de género está aún muy lejos. Este 8M, Día Internacional de la Mujer, queremos denunciar todas aquellas desigualdades que afectan a las mujeres y que, a menudo, no son tan conocidas. 

Brecha digital de género 

El ámbito digital reproduce y amplifica las desigualdades existentes. En el estudio sobre Brecha Digital en España de la Fundación, comprobamos que las mujeres tienen un acceso y un uso menor de las tecnologías digitales que los hombres. Esta diferencia es aún más evidente en las personas mayores: 1 de cada 3 mujeres con más de 65 años nunca ha utilizado Internet. 

Los roles y estereotipos de género refuerzan la brecha digital entre hombres y mujeres. Al preguntar sobre autopercepción de las habilidades tecnológicas (en una escala de 0 a 10), ellas se puntúan de media en un 5,4 mientras que los hombres lo hacen en un 6,1.

Faltan referentes femeninos en el sector STEM

Si vamos a buscar las causas, nos encontramos con que existe una construcción de género que determina en gran medida la división sexual del trabajo. Según el estudio sobre itinerarios ocupacionales, el sector STEM está altamente masculinizado, únicamente hay en este campo un 35% de mujeres. Si se observan los datos de las carreras universitarias también se repiten estas desigualdades: solo un 13,2% del alumnado de informática son mujeres. Sin embargo, las mujeres son la gran mayoría en humanidades y ciencias sociales (60%), así como en estudios de artes (75%). 

Esta segregación de género explica la falta de referentes femeninos en el sector STEM que, a su vez, refuerza los estereotipos que influirán en la trayectoria formativa y laboral de niñas y chicas. La retroalimentación de estos factores amplifica las desigualdades en cuestiones como la brecha salarial y digital.

Menos oportunidades para las chicas que abandonan los estudios

El abandono escolar prematuro afecta en mayor medida a los chicos, pero esto ha hecho que durante mucho tiempo los recursos formativos y de segundas oportunidades se olvidaran de las chicas. A partir de la publicación, ¿Dónde están las chicas que abandonan?, estudio de la Fundación encargado por la Diputación de Barcelona, hemos visto cómo las chicas que abandonan los estudios han pasado de ser el 9,9% en 2021, al 14,2% en 2022.

Pero no terminar estudios postobligatorios tiene unas consecuencias más graves para las chicas. Se traduce en mayor precariedad con una tasa de paro más alta que los chicos y unos ingresos menores. Una vez abandonados sus estudios, estas mujeres jóvenes tienen menos oportunidades de acceder a recursos de nuevas oportunidades educativas que se orientan al público masculino con su oferta.

Desigualdades y violencias que empiezan muy temprano

La experiencia de la Fundación en el territorio en materia de juventud nos ha permitido observar cómo las generaciones más jóvenes ya presentan grandes diferencias de género. 

A partir de planes locales de juventud desarrollados en distintos municipios de Catalunya, con la participación de personas mayoritariamente entre los 12 y 18 años, hemos visto cómo las chicas participan menos en la vida asociativa. 6 de cada 10 chicas no participan en ninguna entidad, club o grupo informal; mientras que los chicos que no participan son 4 de cada 10.

La salud mental de las chicas jóvenes está al límite. En las encuestas a la población joven realizadas en diferentes localidades, una media del 81% de las chicas declara haber presentado ansiedad, estrés u otro tipo de malestar psicológico en los últimos años. Además, las chicas que en las últimas semanas se han sentido tristes, deprimidas o nerviosas, son el doble que los chicos. 

Y un último dato preocupante, la violencia sexual contra las mujeres se manifiesta muy pronto. Al preguntar a chicas entre 12 y 18 años, más de la mitad de ellas (un 54,3%) afirma haber sufrido o presenciado situaciones de acoso sexual. En el caso de los hombres, se trata de un 26,2% quiénes han visto o sufrido este tipo de agresión.

Conocimiento para actuar y cambiar las desigualdades sociales

Desde la Fundación Ferrer Guardia creemos que el primer paso para cambiar las cosas es visibilizar el problema. Reconocer cómo las desigualdades de género están presentes en multitud de ámbitos, nos permite actuar para buscar soluciones con el compromiso de alcanzar esta igualdad. 

A partir de la generación de conocimiento ya sea a través de estudios propios o de apoyo en el territorio, la Fundación quiere contribuir en la lucha por una sociedad igualitaria entre hombres y mujeres, tanto objetivando la realidad como planteando propuestas de actuación e incidencia.