"El auge de la extrema derecha en Europa: ¿cómo podemos resistir?", en el Parlamento Europeo
La resistencia a la extrema derecha desde el pensamiento laico


"El auge de la extrema derecha en Europa: ¿cómo podemos resistir?", en el Parlamento Europeo

10/07/2025

El Parlamento Europeo ha acogido la conferencia inaugural del Grupo Secularista en el Parlamento Europeo, organizada por la European Secularist Network con el apoyo de la eurodiputada Estelle Ceulemans. Bajo el título "El ascenso de la extrema derecha en Europa: ¿cómo podemos resistir?",  el encuentro ha reunido a representantes de varias entidades para analizar la amenaza creciente que supone la extrema derecha para la democracia, los derechos humanos y el proyecto europeo. 

El presidente de la Fundación Ferrer i Guàrdia, Joan Francesc Pont Clemente, ha intervenido con una ponencia en línea titulada “La manipulación del discurso de odio”. En su exposición, ha analizado cómo la extrema derecha ha perfeccionado estrategias comunicativas para desvirtuar los valores democráticos y ha alertado de los riesgos que implica deformar el concepto de libertad de expresión para legitimar discursos excluyentes. 

Este acto ha sido el punto de partida de un ciclo de conferencias impulsadas por la red laica europea para hacer frente al crecimiento de la extrema derecha y defender la laicidad como pilar democrático. 


La manipulación de los discursos de odio

Pont Clemente ha identificado varios mecanismos que utiliza la extrema derecha para influir en el debate público. Por un lado, a menudo se presenta como víctima cuando se le señala por discursos racistas, machistas o LGTBI-fóbicos, denunciando lo que llaman "dictadura de lo políticamente correcto". Esta estrategia de victimización invertida ha generado complicidad en sectores sociales que perciben la libertad de expresión como una libertad amenazada. También ha explicado cómo se reenmarca el lenguaje para disfrazar ideas discriminatorias bajo términos aparentemente neutros como "defensa de la identidad" o "familia tradicional". Paralelamente, ha destacado la instrumentalización de símbolos religiosos y nacionales para construir relatos de exclusión y miedo hacia colectivos minorizados. 

Su ponencia también ha abordado el debate sobre las políticas de cancelación. Reconociendo que han nacido de una voluntad legítima de dar voz a los silenciados y pedir responsabilidades a quienes promueven discursos de odio, ha advertido de que, en algunos casos, han derivado en linchamientos sociales, ausencia de diálogo y miedo de expresar opiniones disidentes. Esto ha contribuido, según ha señalado, a una uniformización ideológica que entra en contradicción con los valores progresistas y con el espíritu crítico.   


Propuestas para una respuesta democrática y laica

Ante este panorama, Pont Clemente ha defendido una respuesta basada en la laicidad, la libertad responsable y el diálogo. Ha propuesto fortalecer la educación crítica y emocional, entendida no sólo como una transmisión de conocimientos, sino como una herramienta para desarrollar la empatía y la capacidad de analizar discursos. Ha destacado la importancia de promover espacios de debate abiertos y respetuosos, donde la disidencia no sea motivo de censura, sino oportunidad para la reflexión colectiva. También ha puesto el acento en la necesidad de reforzar las redes comunitarias y los movimientos sociales feministas, antirracistas, laicos y de defensa de los derechos humanos, como mejor barrera ante el odio y la exclusión. Finalmente, ha remarcado que son necesarias políticas públicas y marcos jurídicos claros, que sancionen el discurso de odio sin limitar indebidamente la libertad de expresión, siempre con criterios de transparencia y participación ciudadana. 

Su intervención ha concluido con un llamamiento a la inteligencia colectiva y al compromiso activo para defender, desde el librepensamiento, una sociedad basada en los valores de la Ilustración: libertad, igualdad y solidaridad. 

 

Un punto de partida compartido

La jornada también ha contado con la intervención de Gáspár Békés (Asociación Húngara de Ateos), que ha denunciado la utilización de la religión por el régimen de Orbán para desmantelar derechos e instituciones democráticas en Hungría. Bekés ha explicado cómo Viktor Orbán ha configurado un régimen teocrático en Hungría, donde la religión se utiliza como instrumento de gobierno. Después de la Guerra Fría, el Estado otorgó un estatus privilegiado a la Iglesia, que Orbán ha reforzado con reformas legales y un mayor control sobre la educación y los servicios sociales. Esta situación ha generado discriminación hacia los no-creyentes y ha afectado a quien se opone al régimen, aunque una gran parte de la población no se identifica con ninguna religión. También ha destacado la necesidad de crear un frente laico unido para proteger la democracia y los derechos humanos en Europa. 

Mariano Reaño Lambea, de Europa Laica, ha denunciado que la extrema derecha ha utilizado el sistema judicial español para perseguir ideológicamente sectores progresistas. Ha señalado la continuidad de estructuras franquistas, el acceso elitista a la judicatura y la presión de jueces y grupos ultraconservadores. También ha alertado sobre las limitaciones a la libertad de expresión, la represión de la protesta y la necesidad urgente de reformas para democratizar la justicia y defender los derechos fundamentales. 

El debate final, moderado por Estelle Ceulemans y Véronique de Keyser, ha servido para compartir estrategias de resistencia y construir alianzas a escala europea. Los y las participantes han coincidido en la necesidad de pasar de una actitud reactiva a una estrategia proactiva ante la extrema derecha, formulando una visión clara de la sociedad que se quiere construir. Se ha destacado la defensa del laicismo y de la libertad de conciencia como ejes centrales, y se ha remarcado la importancia de proteger a las personas más vulnerables, especialmente inmigrantes no-creyentes y ciudadanos alejados de las religiones. También se ha subrayado la urgencia de garantizar la independencia judicial, impulsar reformas legales y acercarse a la ciudadanía con un discurso claro, arraigado en el terreno.  

La conferencia ha concluido con un llamamiento a la organización y a la lucha ofensiva, punto de partida para defender los valores democráticos y hacer frente al giro autoritario que amenaza a Europa.


 
 



 
 


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